Por fortuna, ya se va dejando atrás la imagen de la música española del siglo XVIII como un páramo que poco puede ofrecer de interés al oyente actual. Este oscuro cuadro se ha pintado a partir de un insuficiente conocimiento, además de algunos prejuicios firmemente arraigados sobre el «siglo de las luces» en España, que ha sido juzgado por unos como extranjerizante y sin personalidad, y por otros como un proyecto sin vigor y fracasado. En los últimos años, tanto intérpretes como estudiosos están aunando sus esfuerzos para dibujar una imagen más positiva de la música de este período.
Uno de los compositores cuya obra merece salir del olvido es José Castel. Nacido en Tudela (Navarra) en noviembre de 1737, su formación fue la típica de un maestro de capilla español del Antiguo Régimen.
Castel fue un competente y versátil compositor que cultivó los principales géneros musicales de su época, desde música litúrgica hasta música escénica y sinfónica. Sus composiciones sacras – que comprenden misas, salmos, misereres y lamentaciones, además de cantadas y villancicos – quizá sean lo menos estudiado de su producción, aunque en su época disfrutaron de gran aprecio, como se desprende del hecho de que estén ampliamente diseminadas por diversos archivos españoles y americanos.
Siguiendo una práctica habitual en las colecciones de música de cámara impresas en la época, Castel escribió cinco tríos en tonalidades en modo mayor, componiendo uno solo, el Trío IV, en modo menor. Sobresale en ellos una gran variedad formal y estilística, propia de un compositor muy versado en diferentes géneros de música. François Lesure, gran especialista en la historia de la edición musical parisina, dató el impreso hacia 1785, fecha que podemos dar por buena, al menos de manera aproximada. El único ejemplar que se conoce del impreso se custodia en la Biblioteca Nacional de Francia.
[ENGLISH]
Fortunately, the notion of 18th century Spanish music as a wasteland that can offer little of interest to today's listener is being left behind. This dark picture has been painted based on a lack of knowledge, together with some deeply rooted prejudice on the "age of enlightenment" in Spain, which has been deemed by some as inspired by foreign works and lacking personality, and by others as a failed project with no drive. In recent years, performers and scholars alike have been joining forces to show the music of this period in a more positive light.
One of the composers whose work deserves to come out of oblivion is José Castel. Born in Tudela (Navarra) in November 1737, he received a typical Old Regime chapel master training.
Castel was a skilled and versatile composer who cultivated the various musical genres of his time, from church music to theater and symphonic repertoire. His sacred compositions - which include masses, psalms, misereres and lamentations, as well as cantatas and villancicos - are possibly the least studied part of his work, although they were acclaimed in his time, which is shown by the fact that they are widely scattered in various Spanish and American archives.
Following a common practice in chamber music collections printed at the time, Castel wrote five trios in major keys, and only one, Trio IV, in a minor key. We can observe in them great formal and stylistic variety, typical of a composer who was well versed in different music genres. François Lesure, a great specialist in the history of Parisian music printing, dated the volume around 1785, a date which we can, at least approximately, take for granted. The only known copy of the print can be found in the National Library of France.
In short, this first recording of José Castel's trios for two violins and bass shows us a composer of great inventiveness and versatility, from who we can expect pleasant surprises in the future.